Hoy está helado, como muchos de los días que se han presentado en la capital durante el presente año. A pesar que no dormí muy bien por distintos motivos, pude disfrutar de un descanso relativamente reponedor. No obstante aquello, me tocó asistir a una reunión en la intendencia para coordinar mi trabajo en el estadio Victor Jara, el cual reabrirá sus puertas para recibir a las personas en situación de calle, de modo que puedan capear el frío y las inclemencias del tiempo, que en este invierno, se han agudizado hasta límites insospechados.
Cuando intentaba imaginar cómo sería la noche de hoy, algunos rostros y personas se asomaron a mi mente. Algunos personajes que han sobrevivido a la vida en la calle, que no es fácil... Una verdadera jungla en medio de otra jungla aún más feroz.
No obstante, pese a la brutalidad e inhumanidad de esa jungla, esa gente alberga calor en su corazón. La esperanza de una vida mejor, que el futuro no sea solamente vivir el día, jugar con el destino para no morir como una sombra de la ciudad.
Esa gente es la que dormirá en la carpeta del estadio que inmoló la vida de un cantor del pueblo. Quisiera que su guitarra y su canto acompañara su suave dormir y pudiera alimentar su confianza de un futuro más humano, justo y solidario.
miércoles, 8 de agosto de 2007
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