miércoles, 24 de octubre de 2007

Yo y mi amiga Ale

Es difícil entender la amistad entre un hombre y una mujer. En algún momento, creo, uno tiene la percepción que esa relación fraterna se puede modificar por medio de la atracción amorosa, o dicho en castellano, que uno comience a mirar a la amiga con ojos más "perversos".
Aún así, debo contarles que en este caso la historia fue sufriendo variaciones durante el tiempo.

A mi amiga Alejandra la conocí en el asado de Karin, en Agosto de 1997, quien a su vez era amiga de Carolina, mi amiga de la adolescencia, aquella en quien aprendí a relacionarme de modo amistoso con el sexo opuesto, a desarrollar cariño sin ir más allá de la pura gratuidad. En síntesis, las tres chicas (Alejandra, Karin y Carolina) eran parte del 4° Medio A del Colegio Divina Pastora, de Ñuñoa. Ese día, en el asado, compartí con alguna gente y esa imagen de mi amiga Alejandra no volvió a aparecer cuando necesité buscar una acompañante de reemplazo para mi fiesta de graduación, ya que la "titular" no fue autorizada por sus Padres.

Resultado: Fui con la Ale...

De más está contar cómo estuvo la fiesta (Hay un video, pero hay imágenes que pueden resultar comprometedoras, dado mi actual compromiso...)
Pasó el tiempo, pasaron los años. Nos encontramos en la misma Universidad. Largas conversaciones en los pasillos, cafés compartidos, miradas hoscas de sus compañeras y rechazo de las mías hacia Ella. Entremedio, una historia de amor breve, bonita, muy sana, atribuible al deseo de conocernos más y mejor. Una confusión que se agradece, pero que terminó cuando debía terminar. Ni un minuto más.

De algún modo, el contacto fue más distanciado por el tiempo, nuestras obligaciones y la lejanía geográfica (Renca no está al lado de Macul... ya lo sabrá la Sra. Ibaceta). No obstante, en Abril de este año, Alejandra me llama y me cuenta que se va a Villarrica, porque Oscar, su novio, estará trabajando allá y Ella también encontró un empleo.

Pasó el tiempo. Visitas prometidas, viajes a Santiago, un café, un rato de conversa, "Rodrigo, anda a visitarme po", "no, no tengo tiempo", " Y cuando vendrás", "Algún día", "Ale, tengo los pasajes..."
Y así partí este fin de semana que pasó, en la zona de Villarrica, recorriendo senderos, surcos, respirando aire puro, renovando energías y recordando que los amigos son tesoros que adquieren mayor valor en la medida que, con el tiempo, se cuidan y protegen.
Un homenaje y un tributo a una amistad sincera, afectuosa.
Te quiero mucho, Jani. Un montón.

P.D. Ayer Jueves me entero que el Papá de la Ale está super complicado por un cáncer al pulmón e hígado... Me da mucha pena... Nadie merece que le arrebaten la vida de esa forma.. No tengo ganas de escribir más, sólo le mando un besote enorme a mi amiga...





lunes, 1 de octubre de 2007

Los 40 años de Inti Illimani

El día Sábado 29 tuve la ocasión de asistir en privilegiada ubicación al concierto de los 40 años de Inti Illimani.
Para ello, me ubiqué estratégicamente cerca del escenario, en segunda fila, siendo testigo del enorme virtuosismo musical y empatía con la gente de este grupo.
No obstante, esta experiencia maravillosa, pudo ser mejor...

Sentí que algo faltó, como la guinda de la torta quizás, o tal vez invitados de mayor "peso" o trascendencia musical... En ese sentido, y con poco de tristeza, puedo afirmar que el recital estuvo algo pobre y deslucido. Las canciones del grupo se escucharon de forma increíble, pero algunos elementos fueron medio improvisados... no sé, hay cierto desencanto en la puesta en escena. De todos modos, queda comprobada la enorme estatura musical de Inti Illimani y por qué su nombre ha representado lo mejor de la música de nuestro país, paseando la bandera de Chile, en los más diversos lugares, con la calidad innegable y el prestigio que Inti Illimani ha construido en su extensa trayectoria

lunes, 10 de septiembre de 2007

Mis amigos, LOS COMANDANTES

Aquí estamos... Los comandantes: Mancilla, Salinas, Acevedo y Muñoz.
Un momento de aquellos inolvidables, entrañables.

Inti Illimani funcionó como una perfecta excusa para juntarnos, reunirnos y compartir la vida.
El resto lo dirá la historia, y en eso estamos, construyéndola día a día....

viernes, 10 de agosto de 2007

En medio de los "patroncitos"

El Martes que recién pasó, me tocó ver uno de los episiodios más tristes e impactantes de mi vida. Mientras se dirigía a tomar desayuno, uno de los usuarios del albergue para personas en situación de calle, falleció de un fulminante infarto, desplomándose a la salida del recital en el cual había dormido la noche anterior.

La muerte se entiende como un proceso natural, donde la naturaleza determina el cese de las funciones vitales, ya sea de modo abrupto o repentino, o bien como resultado de un proceso agotador y desgastante, como sucede en el caso de las enfermedades. No obstante, independiente de las causas o del cómo se generó esta muerte, su ocurrencia me deja dando vueltas una frase que siempre se acuña en los velorios o funerales, que tiene mucho de sentido común, pero que no deja de tener sentido hoy: "No somos nada"

Cuando uno proyecta su vida al futuro, imagina nuevos desafíos, mejores condiciones, panoramas ideales y un sinfín de elementos que se mezclan de manera idílica. Sin embargo, los que se ven enfrentados a la precariedad de la calle, sólo deben intentar llegar al día siguiente, o ni siquiera: Deben tratar, en sus reducidos medios, vivir el día o -mejor dicho- sobrevivir.

La muerte de Don José me llena de tristeza no sólo por ser una vida que se acaba, sino porque en sí misma, encierra un dilema que rodea lo humano y lo inhumano de las condiciones sociales que experimentamos en nuestra sociedad y en nuestro país. El impacto para sus compañeros de alojamiento se redujo a ver qué pasaba, porque el "tatita" no reaccionaba a las maniobras de reanimación que infructuosamente el Paramédico llevó a cabo. Su muerte fue un hecho más de ese día, un episodio más dentro de la supervivencia diaria. Por lo mismo, cabe preguntarse: ¿Cuántos más mueren igual? ¿Quien los auxilia? ¿Qué pasa por sus cabezas en esos momentos?

Lo que si puedo decir, es que por mi cabeza ronda la convicción permanente que debemos seguir trabajando para que no existan más personas en la calle, y que mejoremos sus condiciones de vida y su dignidad, de modo que sigan aspirando a un futuro consolidado y no construir su existencia en base a la incertidumbre.

miércoles, 8 de agosto de 2007

El frío del corazón y el canto de una guitarra

Hoy está helado, como muchos de los días que se han presentado en la capital durante el presente año. A pesar que no dormí muy bien por distintos motivos, pude disfrutar de un descanso relativamente reponedor. No obstante aquello, me tocó asistir a una reunión en la intendencia para coordinar mi trabajo en el estadio Victor Jara, el cual reabrirá sus puertas para recibir a las personas en situación de calle, de modo que puedan capear el frío y las inclemencias del tiempo, que en este invierno, se han agudizado hasta límites insospechados.
Cuando intentaba imaginar cómo sería la noche de hoy, algunos rostros y personas se asomaron a mi mente. Algunos personajes que han sobrevivido a la vida en la calle, que no es fácil... Una verdadera jungla en medio de otra jungla aún más feroz.
No obstante, pese a la brutalidad e inhumanidad de esa jungla, esa gente alberga calor en su corazón. La esperanza de una vida mejor, que el futuro no sea solamente vivir el día, jugar con el destino para no morir como una sombra de la ciudad.
Esa gente es la que dormirá en la carpeta del estadio que inmoló la vida de un cantor del pueblo. Quisiera que su guitarra y su canto acompañara su suave dormir y pudiera alimentar su confianza de un futuro más humano, justo y solidario.

domingo, 5 de agosto de 2007

Los pasos siguientes

¿Cómo deshacer lo ya hecho? Resulta dífícil echar pié atrás en decisiones que uno toma de manera individual, y sin quererlo, afectan a otros en su vida también. El tema de los afectos es enormemente complejo y diverso. No todos quieren igual, y tampoco queremos nosotros de la misma manera.
Me pasa algo medio extraño: Mis vínculos estrechos y cercanos están basados en la seguridad casi infantil de la posesividad. Tenerlos cerca, al lado, próximos... eso es lo que necesito y busco, quizás apelando a mi lado más primitivo, prehistórico si se quiere.

Quiero empezar etapas nuevas, con bríos esperanzadores y reconfortantes. Estoy pensando en reconquistar, en asumir nuevas responsabilidad y proyectar de manera concreta algunos sueños compartidos, que siempre postergué, pero ahora entendí que no toda la vida se puede vivir arriba de la nube. En mi trabajo también se inician otras responsabilidades que son interesantes, y que me permiten descubrir la pobreza en su versión más cruda y práctica: Cómo duerme la gente que vive en la calle para no pasar frío durante el invierno más gélido en casi 30 años. Suena casi como indicador estadístico, pero es más que eso.

Es hora de sembrar, abrir surcos en la tierra y depositar la semilla. Ya vendrá el tiempo de los frutos.

La Primera vez

En un comienzo, creía patético y ridículo crear un blog. Pero al pasar del tiempo y al toparme con sitios de estas características, noté una utilidad práctica en esto. A veces podía constituir un modo alternativo de comunicación, de hacer públicos pensamientos, opiniones e impresiones sobre diferentes temas y asuntos de mi interés. Por cierto que este espacio posibilita ejercitar el derecho a la diversidad de pensamientos, la tolerancia y también la censura. Es por ello que me dí el tiempo (y pretendo seguir dándomelo) para nutrir este espacio que no tiene pretensiones muy altas. Es sólo un blog que trata de las cosas que quiero compartir con otros. Y punto. De lo demás, se encargarán quienes lean y comenten.